
CHARLA – William Cruz, investigador de la moda y el vestir
Entrevista y fotografías por Luis Ramírez Osorio
William Cruz Bermeo, investigador de la moda y el vestir, es una figura destacada en el ámbito académico colombiano, específicamente en la Universidad Pontificia Bolivariana, donde ejerce como profesor y lidera grupos de investigación dedicados al estudio de la moda. Con una trayectoria marcada por su pasión y su enfoque en investigar, pensar e historiar esta disciplina, Cruz Bermeo ha dejado una huella significativa en el campo de la moda en su país.
Sus contribuciones incluyen conferencias nacionales e internacionales, así como la publicación de varios libros que abordan diversos aspectos de la moda desde una perspectiva histórica y sociológica.
En esta entrevista, William Cruz Bermeo comparte su visión sobre la moda en Colombia, sus desafíos al escribir sobre este tema. Además, ofrece consejos para aquellos que desean ingresar al mundo del diseño y la moda, y destaca a diseñadores y nuevos talentos.












- ¿Qué te inspiró a convertirte en un experto en arte y moda, y cuál ha sido tu trayectoria hasta ahora?
Lo primero es que me gustaría precisar que no tengo experticia en arte, a pesar de que soy egresado de artes plásticas y tengo un posgrado en estética. Y mi experticia en moda tiene más que ver con estudiarla, pensarla, historiarla y opinar sobre ella. Sin embargo, creo que mi pasión por la moda y su historia despertó a través del arte; desde niño y ya, luego, siendo estudiante de artes plásticas siempre admiraba en las pinturas la ropa y la manera como los retratados la llevaban. Me generaba curiosidad saber quiénes eran esas personas, por qué se ponían lo que llevaban o cómo se llamaban las prendas que tenían.
Luego, tuve la oportunidad de ser profesor en Diseño de Vestuario, en la Pontificia Bolivariana de Medellín. Ahí empecé dando historia de la moda y eso implicaba estudiarla y encontrar una forma interesante de entenderla. Han sido años de aprendizaje —y sigo aprendiendo— y una oportunidad maravillosa porque, mirando en retrospectiva, creo que en ninguna otra institución hubiera podido explorar un tema que la academia tendía a desechar, por considerarlo irrelevante.
- ¿Qué impacto esperas lograr con tus escritos en términos de influir en la percepción y desarrollo de la moda en Colombia?
Contribuir a dejar algo de memoria sobre el acontecer de la moda en el país, para que pueda ser revisada por los que vengan más adelante. Hoy, por suerte, hay varios académicos interesados en esto y le están apostando a investigaciones novedosas desde la sociología, la historia y, sobre todo, enfocados en mirar muchas aristas de la industria, no solo desde la teoría sino desde la práctica también.
- ¿Cuál ha sido tu experiencia más desafiante al escribir sobre moda en Colombia, y cómo has superado esos desafíos?
Desafiantes todas. Cada proyecto trae sus propios retos. Diría que hay aprietos recurrentes. Por ejemplo, hacer investigación con enfoque histórico y basada en objetos es complicado porque hay poca conciencia en las marcas y diseñadores sobre la importancia de tener un archivo, tampoco contamos con museos de moda. También está el asunto de las imágenes para ilustrar lo que escribes. Son costosas, la gestión de derechos de uso es engorrosa y muy pocos seden tales derechos; en Colombia hasta los museos tienen políticas bastante limitantes para que los investigadores usen su material gráfico, y en muchos casos ese material es precario.
Por otra parte, no siempre se tiene acceso los desfiles y, pues, para escribir sobre un desfile es mejor haberlo experimentado in situ. Cuesta que marcas y diseñadores respondan cuando intentas contactarlos; pero también están los que responden porque saben que eso que haces, aunque no sea prensa ni reporte “likes” o “views”, es importante; entonces uno termina citándolos a ellos en su trabajo por la simple razón de que te brindaron información y si su propuesta de moda ejemplifica el tema que estás tocando en el texto, perfecto.
- Will, ¿podrías compartir con nosotros una anécdota o experiencia en la industria de la moda que te haya hecho sonreír cada vez que la recuerdas?
Haber conocido a Valerie Steele, la historiadora de moda más relevante del mundo y la pionera de los estudios de moda, y haber podido participar de un libro con un prefacio escrito por ella. Lo otro, haber conocido a Tim Blanks, el periodista de moda del que aprendí que era posible hacer reportes de moda cargados de referencias y que trascendieran la simple descripción de las prendas.
- ¿Cuál es tu opinión sobre la sostenibilidad en la industria de la moda, y cómo crees que Colombia está abordando este tema?
La sostenibilidad tiene muchas aristas y es mucho más que un emprendimiento de camisetas básicas de algodón orgánico, cosidas por madres cabeza de familia. Empiezo por ahí porque, lamentablemente, la creencia común es que se trata de eso, a pesar de que llevamos dos décadas embarcados en el discurso de la sostenibilidad. En ese tiempo las empresas de gran producción, que son las primeras llamadas a transformarse, han hecho esfuerzos significativos. Sé de algunas que han mejorado sus consumos de agua y manejo de sus aguas residuales, vertimientos y procesos, también impulsadas por nuevas tecnologías que lo permiten. Instituciones privadas, como Inexmoda, han sido claves para invitar a los empresarios a “pensar sostenible” y los ponen de relieve con estrategias como “La ruta de la sostenibilidad”.
Por otra parte, están los consumidores, el consumo consciente de ropa cala cada vez más entre la gente, mientras los diseñadores independientes y de pequeña escala se muestran muy conectados con la llamada sostenibilidad social, realizando alianzas con comunidades artesanales en la búsqueda de mejorar sus condiciones de vida y aportar al bienestar de las partes involucradas.
Son esfuerzos interesantes, a pesar de que no existe una política gubernamental dirigida específicamente a la industria de la moda. También es cierto que la producción de prendas de vestir en Colombia no es comparable en volumen e impacto ambiental con la de países asiáticos y, por suerte —que yo sepa— tampoco se registran condiciones de producción del nivel de infamia de los talleres asiáticos. Y las marcas de grandes productores de moda rápida, tampoco son las que más se consumen en Colombia, básicamente porque el cambio de moneda y nuestra economía hace que lo que en Europa o Estados Unidos sea barato aquí sea para estratos medios y altos. Zara, H&M o Shein no son cosas “baratas” para un “colombiano de a pie”. ¿Producimos moda rápida? Sí, pero es ahí donde poco a poco se vienen haciendo esfuerzos, al menos en las empresas legalmente establecidas, pues no creo que al contrabandista o al minorista ilegal le interese mucho ser “sostenible”, ahí prima el afán de lucro económico más que otra cosa.
- ¿Qué consejos le darías a alguien que quiere incursionar en el mundo del diseño y la moda?
Que la moda es un negocio como cualquier otro, y por eso caben ahí todas las profesiones. En la moda se requieren abogados, administradores, contadores, negociadores internacionales, comunicadores, diseñadores gráficos e industriales, ¡en fin! ¡Y ni hablar de los oficios! Es curioso, cuando alguien entra a estudiar diseño de modas la imagen de futuro más recurrente que trae es la del diseñador saludando al final de la pasarela, y pues no; eso no es más que la punta de un iceberg, y una sola cara de la moneda. Puedes ser un gran diseñador enfocado en los distintos oficios, o en la parte empresarial, o ser un diseñador a la sombra de otra marca. ¡Hay muchos caminos! Eso sí, si son diseñadores buscando ser realmente creativos e innovadores, mi consejo sería uno que alguna vez leí y es: vean de todo y lean de todo menos de moda.
- ¿Puedes compartir algún ritual o hábito que te ayude a estimular tu creatividad antes de comenzar a escribir?
Pues normalmente, es hacer ejercicio primero y escribir en las primeras horas de la mañana, y ya por la tarde procesar mentalmente —mientras hago otra cosa más mecánica— lo que se escribió en la mañana. Y así va uno encontrando conexiones, referencias y puliendo las ideas. No es así como tortuoso, o como la imagen romántica del que escribe, no. También me gusta leer mucho antes de escribir y buscar imágenes que me ilustren lo que estoy leyendo.
- Nos encantaría saber a quién tienes en el radar. ¿Cuáles son esos diseñadores o talentos emergentes que han captado tu atención recientemente, y qué es lo que te atrae particularmente de su trabajo?
Me parece complicada esa categoría de “emergente” porque la moda es un negocio muy gaseoso, puedes apostar por alguien cuya presencia en redes sociales es deslumbrante y al año siguiente desaparece porque financieramente fue insostenible o porque resultó ser un intento fallido. Entonces prefiero hablar de marcas con más tiempo de presencia.
Por ejemplo, me parece fascinante la propuesta de Cubel y Tejidos Rebancá porque —aunque suene cliché— se puede ver cómo toman elementos identitarios de sus regiones y los convierten en algo global. Están las colecciones-proyecto de Laura Laurens, donde la ropa está auténticamente soportada por el discurso de la diseñadora, se ve usable y resueltamente vanguardista. En la línea de vincular comunidades artesanales y diseño, Alado es un caso relevante, además de la poética de sus prendas. Y extendiendo esa lógica a Centro América, está Juan Pablo Socarrás. En moda para celebración, el trabajo de Andrés Pajón es sobresaliente no solo por su glamur, sino también por el tiempo que le invierten al desarrollo continuo de técnicas. La forma de trabajo de Jorge Duque que es todo un artesano del oficio es preciosa. Y ni hablar de toda la movida streetwear y casual que le está dando otra cara a la moda nacional, compuesta por marcas masivas capaces de generar deseo y proveer estatus entre los más jóvenes: True, Undergold y Monastery. La lista de diseñadores que se lo toman en serio sería muy larga, y por ellos es que Colombia es clave en la moda Latinoamericana.
- ¿Qué proyectos o colaboraciones emocionantes podemos esperar de ti en el futuro cercano?
Por ahora ando enfocado estudiando, espero que eso permita hacer más cosas. Pero lo que más espero con ansias es la publicación en Londres de un artículo que escribí recientemente sobre la moda, el reguetón y los ídolos masculinos de ese género musical.
Esta entrevista hace parte de la edición N°10 de nuestra revista

